El momento en que el hijo crece y debe de dormir en su propia habitación puede ser muy difícil para los papás, ya que se habrá acostumbrado a dormir en la habitación de los padres y de alguna forma no se siente cómodo en su cuarto. Por eso aquí te damos algunos consejos para poder ayudar a tu hijo en esta situación.
- Crea seguridad.
Es completamente normal que los niños pequeños tengan miedos y preocupaciones. Seguro, sabes que están a salvo en la cama, pero no necesariamente se sienten así. Son pequeñas personas en un mundo grande y aterrador. Si no estás allí para mantenerlos a salvo, pueden sentirse asustados, solos en la oscuridad. Y todos los niños construyen un bagaje emocional de pequeños miedos y malestares durante todo el día. Cuando cierran los ojos por la noche esos sentimientos a los que han estado refrenándose los pueden hundir y hacer que se hallen demasiado ansiosos por dormirse.
Entonces, si tu hijo expresa miedo, escúchalo y reconócelo. No lo ridiculices ni le digas que crezca, no ofrezcas argumentos racionales; los temores no son racionales y tu hijo se quedará asustado. Lo que él necesita es tu apoyo para sentirse más seguro. Di “Escuché que estás preocupado por los monstruos … Eso puede ser aterrador … Hagamos algo al respecto”.
- Haz que tu hijo combata su miedo a los “monstruos”.
Si tu hijo le tiene miedo a los “monstruos”, dale poder haciendo un “Spray de Monstruos” que pueda rociar alrededor de la habitación. Todo lo que necesitas es agua. Asegúrate de etiquetar la botella para que parezca poderosa: “No la uses alrededor de monstruos. Harás desaparecer a los monstruos”. O consigue una escoba y barre a los monstruos del armario, ponlos en la papelera y sácalos de la habitación de tu hijo.
Estos enfoques funcionan porque responden a nivel del miedo, en lugar de que simplemente te valgas de la negación. Pero ten cuidado con todo el proceso, en lugar de ser desalentador, debes comunicarle a tu hijo que esto no es una emergencia, sino un pequeño desafío que puede resolver. Habla con los monstruos de una manera poderosa que “los ponga en su lugar”.
- Usa el juego para disminuir la ansiedad más temprano en la noche.
Ayuda a tu hijo a superar esas ansiedades mediante juegos de una manera que haga reír a tu hijo durante diez minutos. Puedes dejar que sea un monstruo aterrador y actuar asustado de una manera ridícula, o sencillamente puedes hacer que se ría de sus miedos de manera indirecta. No hagas esto justo antes de ir a la cama, o harás que tu hijo se levante. Después de la cena es un buen momento, seguido de un baño y una historia para calmarse.
- Enseña técnicas de relajación.
Así como algunos adultos tienen más dificultades para dormir por la noche, también lo hacen algunos niños. Ayuda a tu hijo a aprender a relajarse y dormir. Para algunos niños, la música ayuda. A otros les gusta escuchar una meditación guiada que les enseñe a respirar profundamente. También puedes enseñarle a tu hijo a inhalar profundamente y luego exhalar lenta y completamente, lo que tranquiliza los sistemas de alerta del cuerpo.
- Asegúrate de que la cama se sienta cómoda y agrega un riel.
Los niños se acomodarán mejor en una cama donde se sientan seguros y protegidos. De modo que una cama para niños pequeños colocada en el piso, o un solo colchón en el suelo, con un riel parcial, los ayudará a relajarse. Por el contrario, una cama en el suelo, o una cama doble, puede inquietar a los niños.
Si tu hijo tiene miedo noche tras noche, anímalo a dibujar lo que le teme. Esto lo ayudará a dominarlo. Incluso puedes motivarlo a hablar con el monstruo, o lo que sea que dibuje: “No se permiten monstruos en mi habitación. ¡Tienes que dormir fuera de nuestra casa!”
Muchos, muchos preescolares se despiertan por la noche. Muchos pasan toda o parte de la noche, la mayoría de las noches, en las camas de sus padres. No hay vergüenza con ello, si es tu preferencia. Biológicamente hablando, es normal que los niños de tres y cuatro años duerman acurrucados con un padre o hermano.
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